viernes, 26 de septiembre de 2008

Atiende.



Atiende. Mira. Observa. Date cuenta de como minuto a minuto crecen mis ilusiones. Date cuenta de cómo he malgastado mi tiempo creyendo que todo es fácil. De cómo he estudiado toda mi vida para darme cuenta de que lo único que me interesa soy yo, y de que quiero ser psicóloga para quizás entenderme. De cómo creía que encontraría un trabajo, sería feliz con un no-marido y me interesaría por temas tan actuales como la corrupción política.

Mírame intentando vagamente rozar la perfección, tratando de adelgazar y de hacer mis tetas más grandes con sujetadores sin relleno, soltando frases hechas que no he hecho y riendo de chistes tontos como el del pato andaluz. Mírame en un espejo, observando mi amarillenta cara desconocida a pesar de haber nacido con ella hace 18 años, intentando encontrar el sentido de la existencia mientras canturreo la canción de un programa de televisión. Mírame creyéndome especial. Observa como levanto la mirada del suelo al caminar intentando que no se note mi sentimiento de inferioridad. Escucha cómo me meto y hundo a ciertas personas para asegurarme de que sé hacer daño del mismo modo en el que me lo hacen. Vomita mientras te das cuenta de cómo intento ahora aprovechar cada minuto, cómo camuflo el aburrimiento en vagas aficiones que no confieso a nadie, cómo huyo de mis sentimientos y cómo crece una apatía en mi interior que hace que cada día me sienta menos humana. Observa cómo suplo mi falta de creatividad con alusiones a textos de otros, y cómo luzco un estilo propio con ropa diseñada por completos desconocidos. Mírame y dime si ves algún atisbo de misterio en mí, dime, ¡dímelo! ¿de veras quieres conocerme? ¿de verdad te parezco una mujer interesante? Súbeme el ego, por favor. Date cuenta de cómo aparento ser más estúpida de lo que realmente soy, y de cómo rompo a llorar algunas noches sin conocer mis propios sentimientos. Lléname.

Ahora atiende, mírame, observa como pasaré a continuación a la ducha para dirigirme a mi dosis diaria de sociabilidad, cómo me acostaré y comenzaré un arduo día dentro de la ‘madura’ universidad, cómo acabaré los cinco años de licenciatura y sentiré un vacío que no se llena pero que habré intentado esconder con varias dosis de drogas, sexo, rock and roll y quizás algún que otro noviete/a que sofocará la angustia de pasar el resto de mis días sola. Cómo encontraré a cualquiera que no me aburra demasiado, y en el peor de los casos que lo haga pero que tenga suficientes características superficiales que lo suplan, y me compraré un piso. Me endeudaré. Tendré seguramente hijos que querré con locura, asistiré a clases de yoga y prozac, y fingiré ser una mujer plena que ignora que le ponen los cuernos. O puede que nada de lo anterior, pero de nuevo me sentiré sola y vieja. Entonces ya no desearé adelgazar, ni querer tener más tetas, sino una piel más tersa y unos cuantos años menos para escapar del vacío que nunca he llenado. ‘Bah’, pensaré, ‘ya es demasiado tarde’. Ahora también lo pienso, ¿o quizás pienso que aún soy joven?.

Atiende, mira, observa. Observa como crecen en mí las ilusiones segundo a segundo: ¿no soy igual que tú?

miércoles, 10 de septiembre de 2008

Overthinking.

Llevo una semana pensativa. Una semana entera pensativa.
Me he dado cuenta de que no afronto las cosas.

lunes, 8 de septiembre de 2008

La Nausea





'Estoy solo en medio de estas voces alegres y razonables. Todos esos tipos se pasan el tiempo explicándose, reconociendo con felicicidad que comparten las mismas opiniones. Qué importancia conceden, Dios mio, al hecho de pensar todos juntos las mismas cosas. '


SARTRE (LA NAUSEA)