miércoles, 15 de julio de 2009

Indiferencia.


¿Cómo es posible que te sientas así? Antes sentías que tu alma se fundía en armonía con ciertas personas, y una mañana te levantas y de repente simplemente se te hace indiferente su presencia. No es que te desagrade, desde luego, pero no consigues que se te arranque una sonrisa de placer. Si las cosas son tan drásticas hasta en tu cuerpo, que para qué negarlo es un sentimental, hace que el recelo sea mayor.

A veces te sorprende que no te hastíes tanto de ti misma como para querer matarte.