miércoles, 16 de febrero de 2011

Cambios volubles

Tengo un ánimo voluble. Tiendo a ser una persona bastante alegre, sonriente y a veces simpática (aunque no sea lo mío repartir simpatía a diestro y siniestro), pero que sin embargo entra en una espiral de autodestrucción con facilidad. Es como si mi mente estuviera necesitando cualquier excusa para auto infligirse dolor, remarcar lo medriocre que soy y forjar de nuevo la idea de que el mundo NO es nada justo.
De cualquier modo, los ratos en los que me siento mediocre han disminuido drásticamente en dos años. Cuando tenía 18 años mis días grises eran la norma, mientras que aquellos en los que me veía algúna virtud eran un ¿0,001%? Ahora, con 20 años, mi moral solo se adelgaza en época de exámenes o cuando observo a alquien a quien considero muy superior. Hoy he topado con un blog espectacular, y además estoy de exámenes, por lo que mi reacción no podría ser otra que la de deprimirme profundamente. Ahora bien, ¿de qué me deprimo?

sábado, 12 de febrero de 2011

Barcelona


Es como soñar. Pones un pie tras otro y te convences de que lo que haces es lo apropiado, lo maduro, lo que debes hacer. Sin embargo en tu interior algo grita fuerte que pares, que te sientes, que dejen de trabajar tus músculos porque perder el tren es lo mejor que podría pasarte.

Pero sigues andando. Te montas. Y a una velocidad de 124km vas viendo pasar el paisaje que tanto amas. Las verdes colinas, esos carteles en catalán que ya has conseguido entender y pronunciar, las casas, el aire, su pueblo. Y cuando pasas de largo su pueblo cierras los ojos fuerte porque ya no podrás seguir imaginando que cada coche que pasa por la autopista es el suyo. Que sigues a su lado.

Por ahora solo queda volver a dar cuerda al reloj: comienza la cuenta atrás para volver a vernos. Me siento tan lejos..

La velocidad aumenta a 282km.