¿Cómo es
posible que te sientas así? Antes sentías que tu alma se fundía en armonía con
ciertas personas, y una mañana te levantas y de repente simplemente se te hace
indiferente su presencia. No es que te desagrade, desde luego, pero no
consigues que se te arranque una sonrisa de placer. Si las cosas son tan
drásticas hasta en tu cuerpo, que para qué negarlo es un sentimental, hace que
el recelo sea mayor.
A veces te sorprende que no te
hastíes tanto de ti misma como para querer matarte.