martes, 10 de febrero de 2009

Pandora, inicio de la misoginia

La mujer, origen del mal. Cada día le doy más la razón a la mitología, por desgracia.

Y al punto, a cambio del fuego, [Zeus] tramó males para los hombres: el famoso cojo modeló, por decisión de Crónida, una imagen con apariencia de casta doncella. La diosa Atenea de ojos verdes le dio ceñidor y la adornó con vestido de resplandeciente blancura; la cu­brió desde la cabeza con un velo, maravilla verlo, bordado con sus propias manos; y con deliciosas coronas de fresca hierba trenzada con flores. En su cabeza colocó una diadema de oro que él mismo cinceló con sus manos, el ilustre Pati­zambo, para agradar a su padre Zeus. En ella había artísticamente labrados numerosos monstruos, cuantos terribles cría el continente y el mar; de ellos grabó muchos aquél, y en todos se respiraba su arte, admirables, cual seres vivos dotados de voz.
Cuando hizo el bello mal, a cambio de un bien, la llevó donde estaban los demás dioses y los hombres, engalanada con los adornos de la diosa de ojos glaucos, hija de poderoso padre; y un estupor se apoderó de los inmortales dioses y hombres mortales cuando vieron el espinoso engaño, irresistible para los hombres. Pues de ella desciende la estirpe de femeninas mujeres (pues funesto es el linaje y la estirpe de las mujeres); gran desgracia para los mortales, con los varones conviven sin conformarse con la funesta pobreza, sino con la abundancia.
Como cuando en las abovedadas colmenas las abejas alimentan a los zánganos, siempre ocupados en misera­bles tareas -aquéllas durante todo el día hasta la pues­ta del sol diariamente se afanan y hacen blancos panales de miel, mientras ellos aguardando dentro, en los recubiertos panales, recogen en su vientre el esfuerzo ajeno-, así también desgracia para los hombres mortales hizo Zeus altisonante a las mujeres, siempre dedicadas a malvadas acciones.

1 comentario:

Anónimo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.