viernes, 22 de enero de 2010

Me cambio de especie



Hay tantísimas clases de emociones, de sentimientos, de... sensaciones. A veces es fácil clasificar las reacciones fisiológicas y conductuales que siguen a ciertos estímulos, como en el miedo o la sorpresa, pero otras veces es tan difuso que solo queda decir "algo así como tristeza". Las hay, las menos veces, que lo que sentimos es una clara emoción básica a la que le sigue una confusa emoción secundaria. Irreconocible, que no tiene léxico ni forma de describirse. Una emoción que cuando la experimentas te inunda, te llena, te corroe, te irrumpe en los pensamientos; pero que ningún tipo de texto habla de ella. Que ningún ser humano consigue categorizarla y explicarla, establecer mecanismos claros o desencadenantes emocionales, y, lo más importante: explicar el resto.

Hay tantísimas clases de emociones, de sentimientos, de... sensaciones. Hay una, quizás varias, que sólo son fugaces sucesiones de química fluyendo. Lo importante ahora es, ¿a alguien le importa esto? ¿a alguien le interesa lo que sienten los demás o todo interés por la emociones es mero narcisismo?

Etapas en las que creo en la humanidad se siguen de terribles épocas en las que empeora mi concepto de la misma... Y los sentimientos ahora se sucenden. No he escrito en el blog en tanto tiempo por verme inmersa en una laaaaaarga y placentera etapa de optimismo y felicidad. Sin prácticamante interrupciones negativistas, una suerte. Pero hay cosas que hacen cambiar la química, por mucho que queramos evitarlo hay Acontecimientos (con A mayúscula). Y mis periodos de lucidez son malos, muy malos, me inundan. Me inundan de cinismo.

De cualquier modo, la falta de empatía podría explicarse por ver mucho la tele, pues no me podréis negar que ver en el telediario miles de muertes mientras comes unas lentejas no fomenta mucho la ayuda.

Me desvio del tema. Escribir una entrada al blog en dos horas da para que lo que empezaba siento una emoción irreconocible avance al intentar ser expresada a los demás en frustración, y después en la lógica (?) ira. Apaciguada la ira... queda la intrusa. Todavía extraña.

¿Es posible sentir tanto en tan leve lapso?

*Disculpad faltas o erratas, no tengo ganas de repasar el texto y he optado por vomitarlo

1 comentario:

IP dijo...

Merece la pena escribir una parrafada. Y ando escaso de tiempo...

Pero lo haré. Lo prometo.